La bibliografía constituye el compendio de datos, documentos y fuentes empleadas para la realización de una investigación o trabajo, la cual se coloca al finalizar el escrito, en orden alfabético.
Permite el análisis, presentación y organización de publicaciones, referencias y obras, a través de un catálogo clasificado de datos correspondientes a un tópico o tema determinado. Se utiliza principalmente para registrar e identificar un documento, aportando validez, confianza y profundidad al contenido desarrollado.
Es por ello que, al escribir una bibliografía, se deben seguir ciertos patrones o reglas específicas que permitan la elaboración de manera correcta, con la finalidad de organizar y clasificar la información incluida de forma adecuada para su fácil comprensión lectora y su búsqueda.
¿Por qué resulta indicado el empleo de normas especializadas para la elaboración de la bibliografía?
El empleo de normas especializadas para la realización de la bibliografía y demás aspectos específicos de un trabajo de investigación escrito, permiten la elaboración de un documento organizado y estipulado, siguiendo la normativa de presentación correspondiente, avalada por el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación.
Dicho instituto se basa en los requisitos pautados en las normas APA e ISO correspondientes al Sistema Latino, las cuales gozan de total vigencia en la actualidad.
¿Cuáles son las normas o pautas a seguir para la elaboración de una bibliografía?
Las reglas o pautas a seguir para la elaboración, organización y presentación de cualquier tipo de trabajo escrito, ya sea de investigación o académico, tienen como base las normas ICONTEC, las cuales son de sencilla aplicación y contemplan la manera correcta de situar los diversos elementos que debe contener un trabajo escrito, tales como los espacios entre líneas, márgenes, portada y contraportada, introducción, cuerpo del trabajo y contenidos, bibliografía, índice y anexos, si los hubiera.
Al realizar la clasificación y organización de la información con este formato en una bibliografía, se pueden obtener las directrices específicas para la colocación correcta de todos aquellos elementos y aspectos técnicos que se deben tener en cuenta al elaborar un trabajo escrito.
En el caso de las referencias bibliográficas, estas deben presentarse siguiendo el formato técnico estipulado, con la finalidad de poder validar correctamente la fuente de consulta del escrito elaborado, ya que las mismas constituyen la base del trabajo de investigación realizado.
La compilación de los datos bibliográficos de manera correcta, otorgan validez y veracidad al trabajo de investigación realizado, a través de la utilización de un formato estándar que permite adecuar la entrega según los criterios más convenientes para la elaboración y la presentación de trabajos escritos.
¿Cuáles son las normas o las pautas a seguir para la elaboración de una bibliografía?
Las normas o pautas a seguir para la elaboración correcta de la bibliografía, contemplan los siguientes aspectos:
- Colocación del apellido o los apellidos, mediante letra mayúscula sostenida, separado por coma (,), seguidamente del nombre o los nombres, cuyas primeras letras deben estar en mayúscula. Finalizar con punto (.).
- Colocación del título de la publicación, folleto, revista o libro empleado para la elaboración del trabajo de investigación escrito. Si presenta subtítulo, debe colocarse separado del título por dos puntos (:).
- Colocación del número de la edición, seguidamente del lugar de origen de la publicación, nombre de la editorial y el año en el que se efectuó la publicación.
- En el caso de las enciclopedias consultadas que incluyan distintos tomos o volúmenes, debe indicarse solamente el número del cuerpo consultado, sin necesidad de mencionar las páginas.
Hoy en día, la elaboración de una bibliografía de manera correcta, resulta algo sencillo, ya que existen formatos y manuales a seguir en internet, los cuales constituyen estándares establecidos y avalados por el Instituto de Normas y Certificación.
Dichas normas ofrecen criterios oportunos y específicos para la elaboración, presentación y validez de datos bibliográficos y demás elementos de un trabajo escrito, lo cual le otorga aceptación, congruencia y autenticidad, aspectos esenciales para poder realizar investigaciones de calidad y efectividad.
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.