La forma correcta de escribir es surrealismo, mientras que subrealismo no existe en el idioma español, por lo que escribirla de esta última forma es caer en una incorrección lingüística.
El surrealismo fue un movimiento que se originó en Francia luego de la Primera Guerra Mundial, y que se caracterizaba por promover una expresión artística que sobrepasaba lo real echando mano de lo irracional.
Por lo tanto, los artistas surrealistas mostraban imágenes ilógicas y sin sentido alguno, con el objetivo de «convertir las contradicciones de los sueños y la realidad en una realidad absoluta, una súper realidad», según André Bréton, el padre de este movimiento.
Ejemplos:
- Miró y Picasso son los mayores exponentes del surrealismo pictórico.
- El surrealismo surgió como influencia del dadaísmo.
Cómo se dice surrealismo en otros idiomas
- Cómo se dice surrealismo en francés: surréalisme
- Cómo se dice surrealismo en portugués: surrealismo
- Cómo se dice surrealismo en italiano: surrealismo
- Cómo se dice surrealismo en inglés: surrealism
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.