La lengua española se rige por un conjunto de reglas de acentuación gráfica que nos permiten, en la escritura, determinar sobre cuál sílaba de una palabra recae la mayor fuerza de pronunciación.
La tilde o acento gráfico es el signo diacrítico que refleja la acentuación, rasgo prosódico de nuestra lengua, y que, en consecuencia, nos ayuda a realizar una correcta pronunciación de las palabras.
El acento gráfico o tilde es una rayita oblicua (´) que se escribe sobre la vocal tónica de una palabra.
En el español, la posición del acento puede variar, pues no tiene un sistema acentual rígido. Vale destacar que dos palabras semejantes pueden incluso tener significados distintos dependiendo del lugar donde vayan acentuadas (por ejemplo, revólver o revolver, ánimo o animó).
A continuación expondremos, una a una, las reglas que debemos observar para acentuar correctamente las palabras en la lengua castellana.
1) En palabras agudas
Las palabras agudas solamente llevarán acento cuando terminen en vocal (a, e, i, o, u) o en las consonantes n o s. En el resto de los casos, no irán acentuadas gráficamente.
Por ejemplo:
- Con tilde: mamá, así, satén, comí, averigüé, luchó, estés.
- Sin tilde: hacer, involucrar, baobab, feliz, papel, pared, estoy.
No llevarán tilde, sin embargo, las palabras agudas terminadas en más de una consonante. Por ejemplo: iceberg, esnobs, confort.
2) En palabras graves
Las palabras graves o llanas solamente llevarán tilde en caso de terminar en una consonante diferente de n o s.
Por ejemplo:
- Con tilde: lápiz, cráter, carácter, revólver, clímax, tórax, tótem.
- Sin tilde: libreta, quise, estaba, senderos, fruta, pendiente, naranja.
Sin embargo, una excepción la constituyen las palabras llanas terminadas en dos consonantes, siendo que la última de ellas resulte una n o una s. Por ejemplo: wéstern, bíceps, récords.
3) En palabras esdrújulas y sobreesdrújulas
Las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas siempre se acentúan gráficamente.
Por ejemplo:
- Esdrújulas: rápido, pálpito, rústico, insólito, miércoles, terráqueo,
- Sobreesdrújulas: hágaselo, cómpremelo, piénsatelo.
4) En palabras monosílabas
Las palabras monosílabas no llevan tilde. Por ejemplo: dos, fe, pan, ser, mil, pie, guion, bien, fue. Constituyen una excepción a esta regla los monosílabos que se escriben con tilde diacrítica, como dé, qué, tú, él, etc.
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.