Las palabras compuestas son las que se crean por la unión de dos o más palabras existentes. Por ejemplo, la palabra telaraña está formada por dos palabras diferentes: tela y araña.
Telaraña es una palabra compuesta resultado de la unión de dos nombres diferentes. Pero en el proceso de composición existen diferentes procedimientos. No todas las palabras compuestas se escriben todo junto, ni todas son el resultado de la suma de nombres.
Compuestos propios o impropios
Según la manera en la que las palabras se combinan, hay dos grupos: los propios y los impropios.
Los compuestos propios (también llamados compuestos léxicos o coordinados) son los que se escriben en una única palabra (sacacorchos, correveidile, lavavajillas, cortacésped).
Sobre su ortografía:
- Se acentúan según las normas generales de acentuación (palabras agudas, llanas y esdrújulas): ciempiés (de cien y pies).
- La y se convierte en i: dieciséis (de diez + y + seis).
Los compuestos impropios (también llamados compuestos sintagmáticos) se escriben de manera separada (coche cama, hora punta).
Sobre su ortografía:
- Cada palabra conserva su propio acento (físico-químico).
- Pueden separarse mediante un guion si nos referimos a relaciones o si las dos palabras conservan su autonomía (relaciones hispano-lusas, taller teórico-práctico).
- Pueden llevar una preposición (caja de música, máquina de coser).
Tipos de compuestos
En la formación de una palabra compuesta pueden unirse palabras de diferentes categorías gramaticales. Por ejemplo, un verbo puede unirse a un nombre para formar un nuevo nombre. De igual modo, un nombre puede hacerlo con un adjetivo para formar un nuevo adjetivo.
Veamos las categorías gramaticales (nombre, verbo o adjetivo) de las palabras compuestas y qué clases de palabras pueden formar cuando se combinan entre ellas.
Compuestos nominales
Son los que tienen al nombre como resultado de la unión de las palabras. Los más comunes tienen las siguientes estructuras:
Estructura | Ejemplos |
---|---|
Nombre + nombre | videollamada (de video y llamada), videoclub (de video y club), carricoche (de carro y coche), baloncesto (de balón y cesto), hojalata (de hoja y lata), coche cama (de coche y cama), carta bomba (de carta y bomba), pez espada (de pez y espada). |
Verbo + nombre (este último se escribe en plural) | cortavientos (de cortar y vientos), lavavajillas (de lavar y vajillas) limpiacristales (de limpiar + cristales), sacacorchos (de sacar y corchos). |
Adjetivo + nombre (y viceversa) | bajorrelieve (de bajo y relieve), altavoz (de alto y voz), aguardiente (de agua y ardiente), boina verde (de boina y verde), ciempiés (de cien y pies) |
También podemos encontrar compuestos nominales formados por otras estructuras, pero se trata de compuestos poco numerosos.
- Adjetivo + adjetivo: altiplano
- Verbo + verbo: picapica
Compuestos adjetivos
Un compuesto adjetivo es aquel que, tras la unión de las palabras, la nueva palabra compuesta es un adjetivo.
Estructura | Ejemplos |
---|---|
Adjetivo + adjetivo | sordomudo (de sordo y mudo), blanquivioleta (de blanco y violeta), socialdemócrata (de social y demócrata), franco-ruso (de franco y ruso). |
Nombre + adjetivo (y viceversa) | pelirrojo ( de pelo y rojo), narcotraficante (de narco y traficante), boquiabierto (de boca y abierto) , rectilíneo (de recto y línea), casacas rojas (de casacas y rojas). |
Adverbio + adjetivo | maloliente (de mal y oliente), bienpensante (de bien y pensante), maleducado (de mal y educado). |
Compuestos verbales
Un compuesto verbal es un verbo resultante de la unión de palabras. Se trata de un grupo muy poco numeroso.
Estructura | Ejemplos |
---|---|
Nombre + verbo | fotograbar (de foto y grabar), manuscribir (de mano y escribir). |
Adverbio + verbo | maldecir (de mal y decir), malinterpretar (de mal e interpretar), menospreciar (de menos y preciar) |
Compuestos con bases clásicas
Existen palabras llegadas directamente del latín y del griego que no existen de manera independiente en el español. Son lo que se conocen como «temas clásicos» y tienen que aparecer obligatoriamente junto a otra palabra o tema clásico para formar un compuesto.
Por ejemplo, la palabra griega logo significa ʻespecialista enʼ. Esta palabra no puede aparecer sola, sino que debe juntarse a otro tema clásico para crear un compuesto:
- Antropólogo (especialista en el estudio del ser humano)
- Vulcanólogo (especialista en el estudio de los volcanes)
- Cardiólogo (médico especialista del corazón)
Los temas clásicos pueden aparecer al inicio o al final del compuesto, y tiene como resultado una palabra compuesta de la categoría del nombre o adjetivo.
Nombres
Tema clásico | Ejemplos |
---|---|
arquía | monarquía, oligarquía, anarquía, autarquía |
etno | etnografía, etnología |
filo | filologo, filosofía, filogermano |
geo | geología, geopolítica, geomancia, geografía |
grafía | bibliografía, geografía, caligrafía |
fobia | hidrofobia, aracnofobia, agorafobia |
crono | cronología, cronómetro |
eco | ecología, ecosistema |
logía (logo) | filología, biología, terminología, cardiólogo |
Adjetivos
Tema clásico | Ejemplos |
---|---|
filo | bibliófilo, zoófilo, |
fago / voro | antropófago, herbívoro, omnívoro |
mano | heroinómano, pirómano, toxicómano |
cola | vinícola, terrícola, arborícola |

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
Deja una respuesta