¿Harto o Arto?【RESPUESTA FÁCIL】+ EJEMPLOS
Las palabras homofónas son las que que suenan igual si bien se escriben diferente, y por lo mismo este tipo de palabras en muchos casos producen confusiones en la escritura. En este artículo analizaremos un caso típico dentro de esta problemática, mostrándote cómo se dice: harto o arto.
Otros ejemplos de confusiones a causa de esta ‘h’ muda son hipo o ipo, hala o ala, alzheimer o alzeimer y horma u orma, entre muchos otros. Siendo así, pueden prestarse para muchas confusiones en la escritura si no tienes clara la ortografía de las palabras, y para esto el mejor remedio es una buena lectura.
Por eso hoy te mostraremos cómo escribir harto o arto, y te mostraremos sus sinónimos así como otros detalles sobre la palabra correcta.
Arto
«Arto» no existe en la RAE ni en el idioma español por lo que no debe usarse sin ‘h’. Te mostramos en el siguiente paso los usos de la forma correcta de escritura.
Harto
«Harto» es la forma correcta de escribir la palabra, por lo que es reconocida en la RAE, derivándose del verbo «hartar» (primera persona del presente de indicativo). Mostramos entonces sus significados:
- Saciado de comida, satisfecho.
Ejemplo: Estoy harto por el gran banquete. - Molesto por alguna situación que hace agotar la paciencia.
Ejemplo: Estoy harto de esperar tanto. - Bastante.
Ejemplo: Estoy harto cansado de esperar.
¿Cuál es el origen de la palabra «harto»?
La palabra en castellano «harto» proviene de la palabra en latín «fartus» cuyo significado hacía referencia a una técnica culinaria consistente en rellenar un alimento con otro. Por tanto «fartus» procede del verbo «farcire«.
Sinónimos de harto
Te mostramos algunos sinónimos de harto para que mejores tu vocabulario:
- Cantidad elevada de algo: Muy, bastante.
- Con la barriga llena: Satisfecho, saciado, lleno, empachado.
- Exasperado por una situación: Cansado, hastiado, fastidiado, aburrido, desencantado.
¿Cómo se escribe «harto» en otros idiomas
Así se dice «harto» en otros idiomas:
- Inglés: fed up (después de comer mucho), jaded (cansado)
- Francés: repu (después de comer), fatigué (cansado)
- Italiano: essere stufo (molesto), sazio, pieno (después de comer)
- Alemán: satt (después de comer)
- Portugués: satisfeito (después de comer)

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
Deja una respuesta