¿Gaveta o Gabeta?【RESPUESTA FÁCIL】+ EJEMPLOS
Las consonantes -b y -v tienen una pronunciación muy parecida, aunque no idéntica, en el español lo que conduce a que muchas veces se generen errores ortográficos al no saber algunos cuál letra usar. En este artículo veremos un caso dentro de esta problemática al analizar cómo se escribe gabeta o gaveta.
Algunos ejemplos de dudas de escritura en relación al uso de la -b y la -v son vienes o bienes, vizco o bizco, contubo o contuvo y vasta o basta, entre otros.
Te mostramos entonces cómo se escribe gaveta o gabeta.
Gabeta
La palabra ‘gabeta‘ no existe en el español ya que no es reconocida ni registrada por la Real Academia Española (RAE). Siendo así, si ves por ahí frases escritas como: ‘la gaveta del armario no se abre’, debes saber que están mal escritas.
Gaveta
La forma correcta de escritura es ‘gaveta‘, con -v. Según la RAE y otros diccionarios podemos definir gaveta como ‘cajón corredizo presente en los escritorios, armarios y otros muebles’. Ejemplos:
- Se atascó la gaveta del escritorio, pues no puedo abrirla.
- En la gaveta de su mesa de dormir ella guarda sus anteojos.
Asimismo, ‘gaveta‘ también puede referirse a un mueble que tiene cajones:
- Encontrarás mis llaves en el cajón de arribade la gaveta.
Sinónimos de gaveta
Para que puedas ampliar tu vocabulario en español, te mostramos cuáles son los sinónimos de gaveta, en su significado de ‘cajón corredizo de algunos muebles’:
- Naveta
- Escriño
- Cajón
- Cajoncillo
- Compartimento
- Cofrecillo
Cómo se dice gaveta en otros idiomas
Para que puedas expresarte con mayor confianza en otros idiomas es necesario adquirir primero vocabulario. Para ello, pon atención porque te mostramos cómo se traduce gaveta en otras lenguas:
- Cómo se dice gaveta en inglés: drawer
- Cómo se dice gaveta en francés: tiroir
- Cómo se dice gaveta en italiano: cassetto
- Cómo se dice gaveta en portugués: gaveta
- Cómo se dice gaveta en catalán: gaveta
Esperamos te haya quedado claro que la forma correcta de escritura es ‘gaveta‘, con -v, y corresponde a decir ‘cajón’.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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