La forma correcta de escritura es vino, con v. El término bino no existe en el español así que no debes escribirlo de esa forma.
El vino es una bebida alcohólica que se hace del zumo de las uvas exprimido y fermentado naturalmente, aunque también puede referirse al zumo fermentado de plantas o frutos distintos de la uva.
Ejemplos:
- De todos los vinos, mi preferido es el cabernet.
- En esta viña se elaboran algunos vinos blancos de la mejor calidad.
Vino, además del sustantivo que recién explicamos, también puede ser una conjugación, pues se refiere a la tercera persona en singular (el) del pretérito de indicativo de venir.
Ejemplos:
- María vino a mi casa apenas supo de la noticia.
- Mi jefe vino a verme a la oficina para solicitar el informe.
Cómo se dice vino en otros idiomas
Cuando nos referimos al sustantivo, que denota la bebida fermentada de la uva, te mostramos cómo se traduce vino en otras lenguas:
- Cómo se dice vino en inglés:
- Cómo se dice vino en francés: vin
- Cómo se dice vino en portugués: vinho
- Cómo se dice vino en catalán: vi
- Cómo se dice vino en italiano: vino
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.