Cómo se escribe ¿Tiempo o Tienpo?

Escribe correctamente al utilizar «tiempo» en tus escritos, una palabra que hace referencia a la magnitud física que mide el paso de las horas y días.
Escribir bien esta palabra es fácil, pues solo hay que recordar una regla gramatical simple que dice que «antes de p siempre se escribe m«. Ejemplos: siempre, simple, pampa, empezar, etc.
Tienpo
El término «tienpo» no aparece reflejada en la RAE y, por consiguiente, no es una palabra que exista en español.
Tiempo
Esta sí es la forma adecuada de escribir la palabra. Es un término muy usado y posee varios significados:
- Es una magnitud física que sirve para medir varios sucesos, permitiendo ordenarlos en pasado, presente y futuro. Su unidad es el segundo.
- Ejemplo: Tardó 60 segundos en comerse el delicioso almuerzo.
- Referido a las estaciones del año.
- Ejemplo: Llueve demasiado para ser verano, está loco el tiempo.
- La edad de una persona u objeto.
- Ejemplo: Había pasado demasiado tiempo en ese trabajo, su aspecto y su ropa estaban muy deteriorados.
- Momento de realizar una acción y aprovecharla.
- Ejemplo: Llegó a tiempo para subir al autobús.
Sinónimos de tiempo
Luce mas culto aprendiendo estos sinónimos que te dejamos:
- Período
- Duración
- Época
- Era
- Etapa
- Temporada
- Lapso
- Espacio
- Intervalo
- Ciclo
- Fase
- Momento
- Estación
Cómo se dice tiempo en otros idiomas
Ilumina tus conocimientos lingüísticos memorizando esta palabra en otros idiomas:
- Cómo se dice «tiempo» en inglés: time/weather
- Cómo se dice «tiempo» en francés: temps
- Cómo se dice «tiempo» en portugués: tempo
- Cómo se dice «tiempo» en italiano: tempo
- Cómo se dice «tiempo» en alemán: zeit

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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