Cómo se escribe ¿Si o sí?
La tilde es parte importante de nuestro idioma, por lo que no tener claro cuándo colocarla y cuándo omitirla podrá hacer que, aunque las letras estén correctas, incurramos igualmente en errores ortográficos. En este artículo veremos un caso de esto al comentarte cómo se escribe: si o sí.
Algunas dudas de escritura en relación al uso de la tilde son leido o leído, tras o trás y super o súper, entre otros. Pon atención porque te contamos cuándo acentuar «si» y cuándo no.
Al ser “si” una palabra monosílaba y además por tener significados diferentes según vaya con tilde o no, entonces la RAE ha aceptado el uso de la tilde diacrítica para este término, para no confundir con el caso cuando no lleva tilde (que veremos en el siguiente paso). A modo de cultura general, la tilde diacrítica sirve para diferenciar palabras que se escriben de la misma forma pero tienen significados diferentes.
Otros términos que también pueden llevar tilde diacrítica son más, té, aún, mí, él, dé, tú y sé. Cuando estamos hablando de “sí”, con tilde diacrítica, hay 2 posibles usos o significados para “sí”:
- Adverbio de afirmación: Esta forma se usa para expresar una afirmación o bien responder de forma afirmativa a una pregunta. Ahora bien, este adverbio también puede ser convertido en sustantivo (sustantivizar) si le antecede la preposición ‘el’ (Ej: “La novia dio el sí y se consumó el casamiento”).
Ejemplo: ¿Ha ella llamado? Sí. - Pronombre personal reflexivo: Este pronombre está en tercera persona y va precedido de una preposición (en, para, por, de, etc) por lo que no siempre es fácil de indentificar.
Ejemplo: Luego del desmayo, volvió en sí.
Ejemplo: Pedro se dijo a sí mismo que nunca más lo haría de nuevo.
Ahora bien, cuando estamos usando el término sin tilde (“si”), también podemos referirnos a 2 posibles usos:
- Nota musical: En este caso, “si” se refiere a una de las 7 notas o tonos musicales, además del do, re, mi, fa, sol y la. Aquí, este uso para una nota musical cumple la regla normal de acentuación de los monosílabos (no llevan tilde).
Ejemplo: Despues del si, viene el do. - Conjunción condicional: Este uso para “si” es átono, usándose normalmente, pero no siempre, para introducir una oración subordinada.
Ejemplo: Si vienes a visitarme, te serviré un postre que hice.
Ejemplo: Te denunciaré si haces esa acción.
Cómo se dice ‘sí’ en otros idiomas
Cuando usamos el término ‘sí’, con tilde, ya vimos que puede signifiacr en la mayoría de los casos un adverbio de afirmación, que se usa para responder afirmativamente a una pregunta. Para este significado, te mostramos cómo se traduce sí en otros idiomas:
- Cómo se dice sí en inglés: yes
- Cómo se dice sí en francés: oui
- Cómo se dice sí en italiano: sì
- Cómo se dice sí en portufués: sim
- Cómo se dice sí en catalán: si
Esperamos te haya quedado clara la diferencia entre si y sí, para que tengas mucho cuidado con cuándo colocar la tilde y cuándo omitirla, pues cambiará totalmente el sentido de lo que quieres expresar por escrito.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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