Cómo se escribe ¿Retuve o Retube?
La forma escrita correctamente es “retuve”, significando el bloqueo o impedimento de una acción.
Tanto la «b» como la «v» son consonantes que suenan igual, por lo que para redactar de forma correcta tendrás que memorizar la palabra, debido a que tiene su origen en la costumbre, que difiere de la pronunciación oral.
Retube
No aparece mencionada en la RAE (Real Academia Española), por lo que debes desestimar su uso con b.
Retuve
Procedente del verbo “retener”, podrás encontrar muchas de sus acepciones en la RAE:
- Bloquear el movimiento de una cosa, así como su eliminación.
- Ejemplo: Retuve la bicicleta antes de que cayese por la cuesta abajo.
- Recordar algo en la memoria.
- Ejemplo: Retuve todos aquellos momentos en mi memoria, para no olvidarlos.
- Congelar parte del pago de un salario por petición judicial, administrativa o gubernamental, hasta que se satisfagan todas las condiciones.
- Ejemplo: El empresario retuvo su salario hasta nuevo aviso, debido a una orden judicial.
- Ocultar un sentimiento como la pasión, ira, deseo, sin manifestarlo al exterior.
- Ejemplo: Retuve mis palpitaciones cada vez que la veía, pero aquella hamburguesa era un pecado para la vista.
Sinónimos de retener
Te presentamos todos los sinónimos del infinitivo “retener”, que conjugándolos podrás utilizarlos en lugar de esta palabra:
- Detener
- Guardar
- Conservar
- Entorpecer
- Paralizar
- Dificultar
- Inmovilizar
- Parar
- Obstruir
Cómo se dice “retuve” en otros idiomas
Aumenta tus conocimientos en variadas lenguas con estas traducciones:
- Cómo se dice “retuve” en inglés: retained
- Cómo se dice “retuve” en francés: conservais
- Cómo se dice “retuve” en portugués: mantive
- Cómo se dice “retuve” en italiano: mantenuto
- Cómo se dice “retuve” en alemán: behielt
Así pues, recuerda que “retube” se encuentra incorrectamente redactado, por lo que no debes usarlo.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.

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