Cómo se escribe ¿Recoger o Recojer?
La palabra correcta es «recoger«, cuyo significado se resume como «coger algo que estaba caído o recolectar». El fonema “g” fuerte se pronuncia como una “j”, sin embargo, debido a su herencia del latín, conservan una grafía que difiere de su pronunciación oral.
Al pronunciarse de forma idéntica (lo que las transforma en palabras homófonas), esto puede confundirnos a la hora de expresarlo en palabras o pensar que ambas formas de escribirla están correctas.
Explicación de una norma gramatical
Para explicar estas dos palabras, «recoger» o «recojer», debe mencionarse una norma de la gramática relacionada con las palabras que terminan en “-ger” o “-gir”:
- Se escriben con “g” las formas verbales cuyo sonido termine en ”-ger” o “-gir” (o bien «-jer» o «-jir»), a excepción de los verbos: tejer y crujir (y sus derivados, crujiente, crujido, etc.).
- También es necesario acordarse de que los verbos en donde la jota va delante de las vocales “a” y “o”, nunca pueden ir escritos con “g”. Ejemplos: cojo, jamón, cojamos, etc.
Recojer
Según las reglas gramaticales vistas anteriormente, se puede reconocer fácilmente que “recojer” está mal escrito y no existe como palabra, ya que, además de acabar su sonido en “-ger” (o bien en «-jer») la vocal que acompaña a la jota no es ni la “a” ni la “o”, por tanto, no sería una correcta escritura, ya que no atiende a las reglas gramaticales anteriormente mencionadas.
Recoger
Esta sí que es una grafía correcta de la palabra, poseyendo estas acepciones según la RAE:
- Coger de nuevo algo.
- Ejemplo: Recoger la basura todos los días no es su trabajo soñado.
- Reunir personas o cosas en un mismo lugar.
- Ejemplo: Tenía que recoger todos sus juguetes, de lo contrario, su madre le regañaría.
- Recolectar frutos o la cosecha de una granja.
- Ejemplo: Para recoger las manzanas, era necesario una escalera.
- Disminuir el tamaño o volumen de algo mediante estrechamiento.
- Ejemplo: Tuvo que recoger su paraguas, ya que no podía pasar por la puerta.
- Recibir una entrega y hacerse cargo de ella.
- Ejemplo: Al recoger la carta, se alegró de recibir noticias de sus familiares.
Sinónimos de recoger
En caso de que dudes cómo escribir dicha palabra, siempre puedes optar por algún sinónimo:
Reunir, agrupar, guardar, juntar, acumular, acopiar, recaudar, amontonar, almacenar, congregar, coger, cosechar, ahorrar, albergar, amparar, proteger, encerrarse, retirarse.
Cómo se dice “recoger” en otros idiomas
La práctica hace al maestro, por eso es esencial que aprendas todas estas formas de escribir la palabra en cada idioma:
- Cómo se dice “recoger” en inglés: pick up
- Cómo se dice “recoger” en francés: ramasser
- Cómo se dice “recoger” en portugués: recolher
- Cómo se dice “recoger” en italiano: raccogliere
- Cómo se dice “recoger” en alemán: aufheben, aufsammeln
¿Cómo se conjuga la palabra recoger?
También es importante saber la conjugación de los verbos, y en este caso te mostramos cómo se conjuga el presente de indicativo del verbo recoger, para que no confundas si escribir con ‘g’ o ‘j’.
- Yo recojo
- Tú recoges
- Él, ella, ud. recoge
- Nosotros recogemos
- Vosotros recogéis
- Ellos, ustedes recogen
Formales impersonales de recoger
Te mostramos las formas impersonales del verbo ‘recoger’, con ejemplos ilustrativos:
- Gerundio: recogiendo
Ejemplo: Ella está recogiendo frutas ahora mismo. - Participio: recogido
Ejemplo: Todos los papeles ya fueron recogidos del suelo. - Infinitivo: recoger
Ejemplo: Vamos a recoger el periódico de la calle.
Entonces, ¿cómo se escribe: recoger o recojer? Ahora que ya hemos visto las reglas gramaticales, sinónimos y acepciones del diccionario, podemos concluir que utilizarlo con la letra «J» es incorrecto. Por lo tanto, la forma correcta de escribir la palabra es recoger.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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