El español tiene un gran número de adverbios y locuciones adverbiales, los cuales nos ayudan a enriquecer nuestro lenguaje pero que en muchos casos nos producen confusión sobre cómo escribirlos correctamente. El caso que veremos en este artículo tiene relación con esto, pues veremos si escribir quizá o quizás.
Algunos ejemplos de dudas de escritura referidas a adverbios son acaso o a caso y deprisa o de prisa, alrededor o al rededor y encima o ensima, entre otros.
La palabra ‘quizá‘, según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) es un adverbio de probabilidad, que ‘indica la posibilidad de que un evento pueda ocurrir’. Ejemplos:
- Quizá no pueda venir mañana.
- Si esta situación sigue así, quizá deba retirarme de la empresa.
- Quizá ella no esté mintiendo.
Ahora bien, si vemos qué dice la RAE al respecto de ‘quizás‘ (con ‘s’ al final), se nos muestra que es lo mismo que ‘quizá’. Siendo así, ambas se pueden usar indistintamente sin estar ninguna incorrecta.
Sin embargo, por un tema de fonética, se sugiere usar ‘quizás‘ si la palabra que sigue empieza con vocal, y ‘quizá‘ cuando la palabra que sigue comienza con una consonante. Ejemplos:
- Quizás este año sea mejor que el anterior.
- Quizás a ella no le gusta venir a mi casa.
Sinónimos de ‘quizá’ o ‘quizás’
Para que puedas amplair tu vocabulario, te mostramos los sinónimos del adverbio ‘quizá’ o ‘quizás’:
- Posiblemente
- Probablemente
- Acaso
- Tal vez
- A lo mejor
Cómo se escribe ‘quizás’ o ‘quizá’ en otros idiomas
Te mostramos cómo se traduce el adverbio quizás o quizá en las principales lenguas, para que puedas expresarte mejor cuando hables con personas extranjeras:
- Cómo se escribe tal vez en inglés: maybe
- Cómo se escribe tal vez en francés: peut-être
- Cómo se escribe tal vez en portugués: talvez
- Cómo se escribe tal vez en italiano: forse
- Cómo se escribe tal vez en catalán: potser
¿Cómo se escribe: talvez o tal vez? Dado que es una locución adverbial que es sinónimo de ‘quizás’, entonces te conviene estar seguro de escribirla correctamente.
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.