Cómo se escribe ¿Pancito o Panecito?
En español muchas veces nos confundimos al escribir los diminutivos de las palabras, ya que no es común hacerlo y la falta de práctica nos puede jugar una mala pasada. En este artículo veremos el caso del diminutivo de pan, mostrando cómo se escribe: pancito o panecito.
Algunos ejemplos similares de dudas sobre el uso del diminutivo son amorcito o amorsito, calentito o calientito, piecito o piececito y florcita o florecita, entre otros.
Pancito
Para construir el diminutivo de la palabra, no hay una regla específica que pueda usarse en todos los casos, por lo que a veces su uso local define la opción más correcta. Los sufijos que existen en el español para referirse al diminituvo son: -illo, -ito, -ico, -uelo, -cito, -ecito, -ecillo, -ececito, -ecico, y -ecillo, con sus respectivos femeninos.
No obstante, para la mayoría de los casos hay una norma que puede aplicarse de forma bastante certera, y para aplicarla se debe contar el número de sílabas de la palabra raíz. Las palabras monosílabas (como ‘pan’) frecuentemente construyen el diminutivo con el sufijo -ecito, con algunas excepciones como pie (pie–>pie-cecito). Siendo así, la forma correcta de escritura sería panecito.
- Me compré unos panecitos en la panadería.
- El panecito de ajo es muy delicioso.
Panecito
-
Como vimos, si usamos la regla mencionada recién, la forma correcta de escritura es panecito, pero en algunos países y localidades se acepta también el uso de ‘pancito’, si bien como ya ves, esto está condicionado a lugares específicos.
- El pancito caliente es muy rico.
- Prefiero los pancitos a los dulces.
Cómo se dice pan en otros idiomas
-
De forma de que puedas mejorar tu vocabulario en otros idiomas, te contamos cómo se traduce pan en algunos de ellos:
- Cómo se dice pan en inglés: bread
- Cómo se dice pan en francés: pain
- Cómo se dice pan en italiano: pane
- Cómo se dice pan en portugués: pão
- Cómo se dice pan en catalán: pa
Esperamos te haya quedado claro cómo se dice: pancito o panecito. Algunos ejemplos de diminutivos de otras palabras monosílabas son lucecita (luz), crucecita (cruz) y mesecito (mes).

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
Deja una respuesta