Cómo se escribe ¿Mayor o Mallor?

En la lengua española hay una regla que dice que todas las palabras se escriben siempre con “y” después de una consonante, como es este caso.
Es muy normal confundirse ya que en el lenguaje oral los fonemas “ll” e “y” se pronuncian igual. Veremos a continuación el caso de mayor o mallor, viendo cuál es la forma correcta.
Mallor
No es una palabra que exista en la RAE, por tanto, su uso no es correcto con la doble ll.
Mayor
- Que excede a algo en cantidad o calidad.
- Ejemplo: Los pedidos que ha llegado son de una cantidad mayor de la prevista.
- Dicho de una persona: Que excede en edad a otra.
- Ejemplo: Juan es mayor que Lucía, aunque eso no parece importarle.
- Importante.
- Ejemplo: Las mayores ofertas de calzado de todo el país se concentran en una única tienda.
- Superior o jefe de una comunidad o cuerpo.
- Ejemplo: El sargento mayor ordenada a las tropas.
Sinónimos de mayor
Incrementa tu vocabulario estudiando estos sinónimos:
- Superior
- Grande
- Sumo
- Importante
- Considerable
Cómo se dice mayor en otros idiomas
Te facilitamos la traducción de la palabra en varios idiomas, para que aprendas otras lenguas:
- Cómo se dice «mayor» en inglés: older/largest
- Cómo se dice «mayor» en francés: âgé/plus grand
- Cómo se dice «mayor» en portugués: maior
- Cómo se dice «mayor» en italiano: anciano/maggiore
- Cómo se dice «mayor» en alemán: größer/ erwachsen
Así pues, deja de utilizar “mallor”, no es una palabra existente en español.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
Deja una respuesta