Hoy hablaremos de 2 palabras que se parecen en su pronunciación, pero que sólo 1 es correcta , pudiendo confundir a más de alguno al intentar escribirla, y estamos hablando de si escribir mahonesa o mayonesa. Otros ejemplos de dudas de escritura comunes son haya o halla, targeta o tarjeta y vaso o baso, entre otros. No descuides el hábito de lectura pues te ayudará a recordar de mejor forma cómo escribir las palabras.
La palabra ‘mahonesa‘, al contrario de lo que muchos piensan, es reconocida por la Real Academia Española (RAE) por lo que existe en el español. Puede usarse indistintamente junto a ‘mayonesa‘ (aunque esta última es la forma más utilizada) o bien puede referirse a una planta de la familia de las brasicáceas, cuyo nombre científico es Malcolmia littorea.
La palabra ‘mayonesa‘ también existe en el español, y es la forma más común de referirse a la famosa salsa emulsionada fría que se elabora a partir de huevos enteros, sal, zumo de limón y aceite vegetal batidos, en ocasiones condimentándose también con vinagre.
Una variante de la mayonesa es el alioli, una salsa derivada de la gastronomía mediterránea (especialmente España) que se elabora a partir de la emulsión de aceite de oliva y ajo, aunque se le puede agregar zumo de limón y vinagre junto a la sal. Normalmente se sirve junto a pescados, arroces y carnes.
Cómo se dice mayonesa en otros idiomas
Al viajar, te será útil saber cómo traducir mayonesa en los principales idiomas europeos:
- Inglés: mayonnaise
- Francés: mayonnaise
- Portugués: maionese
- Italiano: maionese
- Catalán: maionesa
Además de la mayonesa y el alioli, también hay variedad de otras salsas que pueden incorporarse a las comidas, como por ejemplo:
- Salsa blanca
- Salsa boloñesa
- Salsa alfredo
- Salsa tártara
- Salsa verde
- Salsa mayordoma
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.