Cómo se escribe ¿Impuesto o Inpuesto?
En muchas ocasiones existen palabras que nos generan confusión al escribirlas, pues no sabemos si debiera ir una letra en vez de otra o viceversa. En este caso particular, analizaremos cómo se escribe impuesto o inpuesto, ya que muchos no saben si debe ir con una «m» o «n».
Algunos ejemplos de dudas referidas a la confusión del uso de la ‘m’ por la ‘n’ y viceversa son cienpiés o ciempiés, nombre o nonbre, bonbón o bombón y desempeñar o desenpeñar, entre otros.
La palabra ‘inpuesto‘ no es reconocida por el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) por lo que no debe escribirse de este modo, con n.
La forma correcta de escribir es “impuesto“, y a continuación te mostramos sus 2 acepciones:
- Tributo u obligación de pagar de ciertas personas en función de su capacidad económica.
Ejemplo: Tuvo que pagar el impuesto de la renta al pasarse del mínimo de salario anual. - Participio irregular del verbo “imponer”, que significa obligar a alguien a hacer algo.
Ejemplo: Le fue impuesto el deber de no abandonar la guardia hasta la madrugada.
Ejemplo: Fue a la cita como impuesto, ya que su mujer insistió que al menos le echase un vistazo su médico.
De manera de que puedas aumentar tu vocabulario en español, te mostramos los principales sinónimos de impuesto:
- (Participio del verbo imponer) Exigido, forzado, obligado, forzoso, ordenado.
- (Tasa) Contribución, tributo, gravamen, carga, prestación, canon, arancel.
Cómo se dice impuesto en otros idiomas
Te contamos cómo se traduce el sustantivo impuesto en varias lenguas europeas:
- Cómo se dice impuesto en inglés: tax
- Cómo se dice impuesto en francés: impôt, taxe.
- Cómo se dice impuesto en italiano: imposta, tassa
- Cómo se dice impuesto en portugués: imposto
- Cómo se dice impuesto en catalán: impost
Principales tipos de impuestos
Te será útil saber cuáles son los principales tipos de impuestos en la mayoría de las sociedades.
- Impuesto de lujo: Tasa aplicada a artículos que no son considerados imprescindibles o de primera necesidad.
- Impuesto directo: Es la tasa que grava el patrimonio y la renta.
- Impuesto indirecto: Es la tasa que grava el consumo o gasto y que por ende es repercutida en el consumidor.
- Impuesto de sociedades: Es la tasa que se aplica sobre el beneficio o utilidad de las sociedades.
- Impuesto de la renta: Es la tasa que grava los ingresos personales del contribuyente, después de las deducciones correspondientes.
Comentarios ortográficos adicionales
En el caso de la palabra “impuesto”, existe una regla específica para su gramática:
Todas las palabras que posean la vocal p se escribirán siempre con m. Ejemplos: Impureza, importante, impotente, impasible, etc.
Por tanto, cuando te encuentres con una palabra como esta, utiliza siempre “m”, no dejándote influir por la mala pronunciación en el lenguaje oral que es la que genera muchas veces estas confusiones.
Esperamos que este artículo te haya sido útil, y no dudes en visitar nuestra web para encontrar más palabras y mejorar tu vocabulario.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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