Cómo se escribe ¿Hazaña o Hasaña?
La forma correcta de escritura es hazaña, con «z», mientras que hasaña, con «s» está incorrectamente escrito puesto que no pertenece a nuestro idioma.
En la gran mayoría de los países latinoamericanos, el sonido de la «s» y la «z» es el mismo, razón por la que hasaña y hazaña son palabras homófonas. Siendo así, es normal que esto pueda traer confusión al intentar escribirlas.
Cuándo usar hazaña
El término «hazaña» se refiere a una acción o hecho, y especialmente hecho ilustre, señalado y heroico.
Ejemplos:
- Salvar a esa niña de ahogarse fue toda una hazaña por parte del salvavidas.
- Conseguir el campeonato con un equipo tan mediocre sería una hazaña.
- Esta guerra supo de varios hechos ilustres y hazañas.
- Lograr aprobar ese competido examen fue una hazaña de tu parte.
Sinónimos de hazaña
- Gesta
- Heroísmo
- Proeza
- Epopeya
- Hecho
- Empresa
- Aventura
- Guapeza
Cómo se dice hazaña en otros idiomas
- Cómo se dice hazaña en inglés: feat, deed
- Cómo se dice hazaña en italiano: impresa, prodezza
- Cómo se dice hazaña en portugués: façanha
- Cómo se dice hazaña en francés: exploit, prouesse
- Cómo se dice hazaña en catalán: gesta

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.

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