Cómo se escribe ¿Halla o Alla?
Hoy analizaremos una duda que asalta a muchos: halla o alla. Ambas palabras suenan igual, pero lógicamente se escriben diferente, lo que las transforma en palabras homófonas. El no saber si va o no con ‘h’ es algo frecuente en muchas personas, también haciéndolas dubitativas a la hora de escribir varias otras palabras, entre cuyas dudas podemos ejemplificar a rallo o rayo, relleno o reyeno y yendo o llendo.
La palabra ‘alla‘, sin h, no existe en el español por lo que no la encontrarás en ningún diccionario de nuestra lengua. No debes confundirte con la palabra allá, con tilde, que sí es parte del idioma español.
La palabra ‘halla‘ es la forma correcta de escribir la palabra y se deriva del verbo hallar(se), el cual significa encontrar(se). Te mostramos en qué formas verbales puedes escribir halla:
- Tercera persona del presente de indicativo del verbo hallar(se).
Ejemplo: El niño siempre halla los dulces escondidos en los estantes.
Ejemplo: En la plaza se halla la municipalidad. - Segunda persona del imperativo del verbo hallar.
Ejemplo: ¡Halla la forma de solucionarlo!
Ejemplo: Halla la incógnita en esta ecuación diferencial.
El verbo hallar tiene los siguientes significados:
- Coincidir o toparse con alguien.
Ejemplo: Hallé a tu tía en el supermercado. - Tener una cierta opinión respecto a algo.
Ejemplos: Los expertos hallaron convincente la defensa de la tesis. - Notar una cierta cualidad en base a la vista u otros sentidos.
Ejemplo: Hallé a tu mamá un poco flaca. - (Hallarse) Encontrarse.
Ejemplo: Ella se halla enferma desde hace 3 días. - Encontrar algo que estaba oculto o perdido.
Ejemplo: ¿Has podido hallar tu libro perdido?
Sinónimos de hallar
Como ‘haya’ es una forma verbal del verbo hallar, te mostramos sus sinónimos:
- (Encontrar algo) Localizar, encontrar, ubicar, descubrir.
- (Tener una opinión) Considerar, juzgar, pensar, opinar.
- (Estar en un cierto lugar) Encontrarse, situarse, localizarse, ubicarse.
- (Encontrarse en un cierto estado) Sentirse, estar, encontrarse.
Esperamos te haya quedado claro cómo se escribe: haya o alla.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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