En el español las letras «j» y «g» tienen el mismo sonido cuando van seguidas de las vocales «e» y la «i». Esto no produce problemas en el idioma hablado pero sí puede serlo en la escritura, provocando en muchos casos faltas de ortografía que se podrían evitar.
En este artículo veremos el caso de jirasol y girasol, siendo girasol la palabra correcta, ya que jirasol no existe en el idioma español. Ahora que ya sabes la palabra correcta, te mostramos su definición y otras importantes informaciones.
Definición de girasol
El girasol, también conocido como mirasol o maravilla, es una planta herbácea anual de la familia de las asteráceas originaria de Centro y Norteamérica y cultivada como alimenticia, oleaginosa y ornamental en todo el mundo.
Ejemplos:
- El aceite de girasol es muy usado para cocinar.
- La flor del girasol se mueve siguiendo la órbita del sol.
Cómo se dice girasol en otros idiomas
- Cómo se dice girasol en inglés: sunflower
- Cómo se dice girasol en francés: tournesol
- Cómo se dice girasol en italiano: girasole
- Cómo se dice girasol en catalán: girasol
- Cómo se dice girasol en portugués: girassol
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.