Cómo se escribe ¿Dige o Dije?
En concreto, se escribe de forma adecuada «dije«, que sirve para declarar, exponer, expresar o manifestar un enunciado o idea.
Debes permanecer atento al uso de la «j», especialmente si el infinitivo no lleva «j», puesto que en ese caso se escribe siempre con jota.
Dige
No escribas de esta manera, ya que según la RAE (Real Academia Española) no aparece como una palabra válida en la RAE (Real Academia Española).
Dije
La manera correcta de redactar es esta, como así lo atestigua la RAE en sus diferentes acepciones:
Verbo
- Primera persona del singular del preterido de indicativo del verbo decir.
- Ejemplo: Yo le dije que se fuera.
Sustantivo
- Joya que suelen llevar tanto hombres como mujeres en el cuello.
- Ejemplo: Llevaba un dije precioso en el cuello.
Sinónimos de dije
Tenderemos que dividir esta categoría atendiendo a si se refiere a “dije” como verbo o como sustantivo:
Sustantivo
Joya, colgante.
Verbo (decir)
Hablar, manifestar, declarar, expresar, exponer, mencionar, nombrar, formular, anunciar, enunciar, enumerar, observar, recitar, contar, parlar, parlotear, articular.
Cómo se dice “dije” en otros idiomas
Otra vez haremos la división según se habla de sustantivo o del verbo decir:
Sustantivo (joya)
- Cómo se dice “dije” en inglés: pendant
- Cómo se dice “dije” en francés: bijou
- Cómo se dice “dije” en portugués: jóia
- Cómo se dice “dije” en italiano: gioiello
- Cómo se dice “dije” en alemán: juwel
Verbo (decir)
- Cómo se dice “dije” en inglés: said
- Cómo se dice “dije” en francés: dit
- Cómo se dice “dije” en portugués: disse
- Cómo se dice “dije” en italiano: detto
- Cómo se dice “dije” en alemán: sagte
Recuerda por tanto, que “dige” no se escribe bajo ningún concepto en español.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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