Cómo se escribe ¿Decisión o Desición?
Hoy veremos cómo se escribe: decisión o desición, 2 palabras hómofonas (o sea, que se escriben diferente pero suenan igual) que son muy parecidas y que por eso generan confusión la escritura, siendo sólo 1 de ellas correcta. Como sabemos la ‘c’ y la ‘s’ tienen la misma pronunciación cuando seguidas de las vocales e,i.
Algunos ejemplos de dudas de escritura de palabras homófonas en relación al uso de la ‘c’ y la ‘s’ son cerca o serca, cien o sien, sebo o cebo y sede o cede, entre otros.
Desición
La palabra ‘desición‘ no es reconocida por el Diccionario de la Real Academia Española por lo que no está correctamente escrita.
Decisión
La forma correcta de escritura es ‘decisión‘, y la RAE la define como la ‘resolución o determinación que se toma sobre un aspecto dudoso’:
- Se ha tomado una decisión muy importante en el consejo de gabinete del gobierno.
- Fumar o no fumar es una decisión que cada uno debe tomar.
Así también, la palabra decisión puede significar ‘firmeza de carácter’:
- Pedro es una persona de mucho empuje y decisión, siempre con sus ideas claras.
Cómo se dice decisión en otros idiomas
Te podrá ser útil saber cómo traducir decisión en las principales lenguas europeas:
- Cómo se dice decisión en inglés: decision
- Cómo se dice decisión en francés: décision
- Cómo se dice decisión en italiano: decisione
- Cómo se dice decisión en portugués: decisão
- Cómo se dice decisión en catalán: decisió
Sinónimos de decisión
Te contamos los sinónimos de decisión para que puedas ampliar tu vocabulario:
- (Determinación) Resolución, disposición.
- (Elección personal sobre un asunto) Parecer, voluntad, arbitrio, juicio, elección.
- (Fallo judicial) Sentencia, fallo, sentencia, dictamen, medida, arbitraje, parecer.
- (Firmeza de carácter) Osadía, firmeza, entereza, seguridad, audacia, atrevimiento, valor.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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