Cómo se escribe ¿Coge o Coje?
La manera adecuada de escribir es «coge«, escribiéndose con significados tales como agarrar, ocupar o sujetar.
Pude venir la duda cuando se trata de escribir palabras con “g” acompañadas de la vocal “e”, debido al sonido fuerte de estas, sin embargo, conviene recordar que sí el infinitivo se escribe con “g” sus conjugaciones suelen heredar dicha grafía.
Tratar de diferenciar la escritura y significado entre la palabra coge o coje puede ser una gran confusión en el idioma español, más aún considerando que las letras «j» y «g» tienen sonidos idénticos en algunas palabras. Es por ello que realizar un repaso a las reglas de escritura y acentuación de cada una de las consonantes o vocales del idioma castellano resulta de vital importancia para evitar este tipo de confusiones.
Este dilema entre las palabras coge o coje puede surgir en cualquier ocasión, ya sea en las redes sociales como Facebook, Twitter o WhatsApp, en foros, trabajos de la universidad o incluso en documentos importantes como solicitudes o currículums; un texto mal escrito podría generar una mala impresión de nuestra persona, por eso, en este artículo te mostraremos todas las reglas necesarias para no cometer errores similares.
Las palabras homófonas son las que se escriben diferente pero tienen la misma pronunciación, y siempre confunden a muchos por lo mismo. No es la excepción con el caso que veremos hoy, sobre si escribir coge o coje. La ‘g’ y la ‘j’ tienen el mismo sonido cuando a continuación van las vocales e, i. es por esto que existen varios ejemplos de dudas de escritura suscitados a partir de no saber si usar ‘g’ o ‘j’, y algunos de ellos son targeta o tarjeta, proteger o protejer, recoger o recojer y dige o dije, entre otros.
En Spoots te mostramos cómo se escribe: coge o coje en su forma correcta, además de las definiciones, usos y algunas reglas importantes que se deben tener en cuenta a la hora de escribir palabras similares.
Coje
La palabra «coje» no existe en el español al no ser reconocida por el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), por lo que no debes escribirla con j. Esta confusión surge a causa de la conjugación del verbo «coger», que en la primera persona del presente simple se escribe con jota:
- Yo cojo
- Tú coges
- Él coge
- Nosotros cogemos
- Vosotros cogéis
- Ellos cogen
Coge
Al observar en la RAE, aparece con todos estos significados:
- Agarrar o sostener algo o a alguien.
- Ejemplo: Coge con ternura el brazo de su novio.
- Encontrar a alguien.
- Ejemplo: Coge a Juan antes de que se vaya, para recordarle que mañana hay que llegar más temprano.
- Descubrir un secreto o sorprender en un descuido.
- Ejemplo: Coge desprevenido a su jefe; este le sube el sueldo.
- Ponerse a la altura de alguien que va delante.
- Ejemplo: El turismo coge al camión, que iba tranquilo en su carril.
- Asimilar o comprender algo.
- Ejemplo: Coge enseguida todos los conceptos del idioma.
- Subir en un vehículo.
- Ejemplo: Coge el avión para Madrid, y desde allí, toma un bus para Burgos.
Sinónimos de coge
Nada mejor que una buena ración de sinónimos para mejorar tu escritura:
Asir, agarrar, sujetar, tomar, caber, ocupar, abarcar, contener, recopilar, recolectar, cosechar, capturar., pillar, pescar, sorprender, embestir, cornear, adivinar, descubrir, llegar, alcanzar.
Cómo se dice “coge” en otros idiomas
Las lenguas son complicadas de aprender, por ello aquí te dejamos los equivalentes foráneos de esta palabra:
- Cómo se dice “coge” en inglés: grab/take
- Cómo se dice “coge” en francés: prende
- Cómo se dice “coge” en portugués: pegar
- Cómo se dice “coge” en italiano: prendere
- Cómo se dice “coge” en alemán: ergreifen
Después de todo lo que has leído, esperamos que ya te hayas convencido de que “coje” no es una palabra válida en el lenguaje español.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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