Cómo se escribe ¿Cocretas o Croquetas?
Hoy hablaremos de una duda que asalta a muchos sobre un tipo de comida: cocretas o croquetas. Sabemos que se refiere a una masa hecha de varios ingredientes que luego es frita. Otros ejemplos de dudas sobre cómo escribir palabras relacionadas con la cocina o la culinaria son relleno o reyeno y haba o aba. La mejor forma de aprender cómo se escribe correctamente la mayoría de las palabras es teniendo un buen hábito de lectura, por lo que te recomendamos adquirirlo desde ya, pues solo te traerá beneficios.
Cocretas
La palabra ‘cocreta’ no es reconocida por la RAE como una palabra válida en el idioma español, por lo que no debes escribirla de este modo.
Croquetas
La palabra ‘croqueta’ sí existe en el idioma español y en los diccionarios de la lengua española. Te mostramos exactamente qué significa:
- Porción de masa, normalmente de forma ovalada o redonda, que se hace con algún tipo de carne o pescado desmenuzado a besamel, que luego es rebozado en huevo y pan rallado, para ser finalmente frita.
Ejemplo: Hoy cocinaremos croquetas de carne.
Cómo se dice croquetas en otros idiomas
La palabra ‘croqueta’ tiene las siguientes traducciones en las principales lenguas europeas:
- Inglés: croquette
- Francés: croquette
- Portugués: croquete, bolinho
- Italiano: crocchetta
- Alemán: krokette
Cómo hacer croquetas
La base de las croquetas es la bechamel, pero primero debemos cocinar los ingredientes que irán en el relleno de la corqueta, como puede ser el pescado o la carne desmenuzada. Añadimos a los ingredientes la salsa bechamel ya hecha y dejamos enfriar por algunos minutos. Una vez que se ha enfriado la masa le damos forma a las croquetas con una cuchara o bien con las manos. Ahora sólo debemos freirlas en la sartén con una cierta cantidad de aceite.

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.

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