Cómo se escribe ¿Cesión o Ceción?
La forma correcta de escritura es cesión, mientras que el término ceción no existe en español por lo que no debes escribirlo de esa forma. Muchos se confunden sobre la correcta ortografía entre ambas debido a que cesión y ceción tienen la misma pronunciación, por lo que son llamadas palabras homófonas.
Ahora te mostramos la definición de cesión y otras informaciones útiles en su uso.
Definición de cesión
Cesión se define como la renuncia de algo, posesión, acción o derecho, que alguien hace a favor de otra persona.
Ejemplos:
- Los beneficiarios de la cesión de mi herencia serán mis nietos.
- A Ucrania no le quedó otra que hacer la cesión de Crimea a Rusia.
- El dueño no le dio la propiedad del inmueble pero le dio la cesión de uso.
- El empresario tuve que hacer la cesión de bienes a sus acreedores de acuerdo con el fallo judicial.
Sinónimos de cesión
- Endoso
- Traspaso
- Donación
- Transmisión
- Herencia
- Entrega
Cómo se dice cesión en otros idiomas
- Cómo se dice cesión en inglés: cession, transfer
- Cómo se dice cesión en francés: cession
- Cómo se dice cesión en italiano: cessione
- Cómo se dice cesión en portugués: cessão
- Cómo se dice cesión en catalán: cessió

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
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