Es común que muchos tengan confusión al escribir ciertas palabras que en el lenguaje hablado no les presentan problemas. En especial, la ‘c’ y la ‘s’ son primo-hermanas ya que tienen igual pronunciación si son seguidas de las vocales e,i. En este artículo veremos un caso de esta problemática al analizar cómo se escribe cerrar o serrar.
Algunos ejemplos de dudas de escritura en referencia al uso de la ‘c’ y la ‘s’ son cerca o serca, intención o intensión, seguro o ceguro y sede o cede, entre otros.
Serrar
El verbo ‘serrar‘ es reconocido por el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) por lo que es correcto escribirlo con ‘s’ y significa ‘cortar o dividir algo con una sierra’. Ejemplos:
- Vamos a serrar este pedazo de leña para poder meter los trozos en la chimenea.
- Serrar una tabla para carpintería.
Cerrar
El verbo ‘cerrar‘ también existe en el español y tiene varios significados según el contexto de lo que se quiera expresar. Según la RAE y otros diccionarios significa:
- Hacer que el interior de un espacio o recinto quede incomunicado con el exterior.
Ejemplo: Cerrar bien un frigorífico para que no salga el frío. - Asegurar con pestillo, tranca, cerradura u otro mecanismo una tapa, puerta o ventana para que no pueda abrirse.
Ejemplo: Cerrar una botella girando la rosca.
Ejemplo: Cerrar una puerta con llave. - Juntos los extremos que están libres de dos miembros de un objeto o cuerpo.
Ejemplo: Cerrar las piernas al sentarse.
Ejemplo: Cerrar una tijera juntando sus puntas. - Impedir el tránsito por una calle o vía.
Ejemplo: Las obras viales cerraron el flujo por mi calle. - Impedir el flujo de un fluido por un mecanismo.
Ejemplo: Cerrar la llave de agua. - Tapar una abertura, orificio u hoyo.
Ejemplo: Cierra este agujero con pasta de muro. - Dar por concertado un pacto o acuerdo.
Ejemplo: Cerrar las negociaciones luego de una larga discusión. - Ser el último en una lista o fila.
Ejemplo: Su nombre cerraba la lista de alumnos de la clase. - Terminar un plazo o período.
Ejemplo: Cerré el año escolar con buenas calificaciones. - Encoger o plegar algo que estaba extendido.
Ejemplo: Cerrar un paraguas. Cerrar un abanico. - Poner fin a la actividad de una institución o compañía.
Ejemplo: Tuve que cerrar la panadería por las malas ventas. - (cerrarse) Nublarse el cielo.
Ejemplo: El tiempo se cerró así que luego comenzará a llover. - (cerrarse) Mostrarse poco comunicativo con otras personas.
Ejemplo: Cuando se molesta por algo, ella se cierra y no habla con nadie.
Sinónimos de cerrar
De manera de que puedas mejorar tu vocabulario en español, te mostramos cuáles son los principales sinónimos de cerrar, según el contexto en que se use el verbo:
- (Separar el interior del exterior de un recinto) Enclaustrar, incomunicar, aislar, separar, clausurar.
- (Impedir que algo se abra) Atrancar, trancar, acerrojar, asegurar.
- (Impedir el flujo o paso) Bloquear, obstaculizar, estorbar, encerrar, impedir.
- (Tapar) Obturar, macizar, tapiar, obstruir.
- (Encoger algo extendido) Plegar, juntar, doblar, encoger, replegar.
- (Terminar un período) Concluir, finalizar, acabar, terminar, ultimar, clausurar.
Cómo se dice cerrar en otros idiomas
De forma de poder comunicarte mejor con gente de otros países, te mostramos cómo se traduce cerrar en otras lenguas, en su contexto de dejar un recinto o espacio interior incomunicado con el exterior:
- Cómo se dice cerrar en inglés: close
- Cómo se dice cerrar en francés: fermer
- Cómo se dice cerrar en italiano: chiudersi
- Cómo se dice cerrar en portugués: fechar
- Cómo se dice cerrar en catalán: tancar

Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.