Las oraciones compuestas son aquellas que presentan más de un verbo o perífrasis verbal: es decir, dos o más predicados.
Entre las oraciones compuestas hay varios tipos. Por un lado, nos encontramos las oraciones coordinadas (Llévate los platos y trae el postre) y las yuxtapuestas (Luis pela las gambas, María calienta el aceite). Por otro lado, tenemos las subordinadas (El médico me dijo que no comiera tanta grasa).
1.
Yo voy en coche y tú vas en metro.
2.
Todavía no ha pensado si seguir estudiando Derecho o cambiarse a Medicina.
3.
Queremos ensalada y, para beber, un vaso de agua.
4.
Me dijo que le gustaban las películas de terror.
5.
Llevaron el coche al taller para que le cambiaran los amortiguadores.
6.
Estudiaron muy duro y aprobaron el examen de Física.
7.
No le apetece hacer más deporte, sino que prefiere descansar.
8.
¿Habéis vendido la tele vieja y comprado una nueva?
9.
Pintó las paredes de azul y cambió los cuadros de sitio.
10.
¿Quieres ir al parque o te apetece hacer otra cosa?
11.
El paquete llegó abierto y se salió lo que había dentro.
12.
Le dijo que no se preocupara porque se encontraba bien.
13.
Escribimos nuestros nombres en la arena, pero luego los borramos.
14.
La carta que le envió estaba perfumada.
15.
Nunca sale por la noche porque le encanta estar en casa.
16.
La lavadora se ha estropeado y no lava bien.
17.
Llamamos a la abuela y nos dijo que se encontraba perfectamente.
18.
Fue al peluquero para que le afeitaran con navaja.
19.
Creo que mi teléfono no tiene batería.
20.
¡No te imaginas las cosas que me ha dicho Emilio!
21.
El perro se asustó cuando oyó el ruido del avión.
22.
La ventana que va a dar a la playa siempre está húmeda.
23.
Ese ordenador es muy caro; será mejor comprar uno más barato.
24.
La gallina estuvo cacareando antes de poner un huevo.
25.
El arquitecto se sintió satisfecho cuando vio el edificio construido.
26.
Tiene tantas ganas de trabajar que se pasa el día enviando currículos.
27.
No descansará hasta que no haya logrados su objetivo.
28.
Cuando llegó al cine, la película ya había terminado.
29.
El veterinario me preguntó si había notado algo raro en el gato.
30.
La escultura que erigieron hace poco en la plaza ya está bastante sucia.
31.
Ayer se pasó el día leyendo y estudiando.
32.
Fueron a dar un paseo por el bosque y vieron un oso pardo.
33.
¿Cuántas veces te he dicho que cierres la puerta del frigorífico?
34.
Las obras del puente duraron mucho más de lo que habían previsto.
35.
A Juan le gustan las cortinas rojas, pero María las prefiere verdes.
36.
La ardilla subió al árbol y se llevó la nuez a la boca.
37.
Hace muchos años que no viaja en avión.
38.
Le puso tanta salsa a la comida que apenas se distinguían los ingredientes.
39.
El rayo impactó en el árbol y calcinó una rama.
40.
¿Quieres té o te hago un café?
41.
El médico le recomendó que hiciera más ejercicio.
42.
El teléfono estuvo sonando toda la mañana, pero nadie atendió.
43.
Julia, ven con nosotros a la fiesta y trae un poco de comida.
44.
La ropa le quedaba tan grande que parecía que estaba disfrazada.
45.
Se cayó en el cuarto de baño, pero no se hizo daño.
46.
Tenía sueño, por eso me fui a dormir.
47.
¡Le encanta asomarse a la ventana y escuchar el trino de los pájaros!
48.
Se le rompió el último plato azul que le quedaba y fue a comprar más.
49.
La bombilla que puso ayer no da tanta luz.
50.
Cerca del río hay un puente en ruinas, pero no lo vimos por la niebla.
Ejemplos de oraciones compuestas según su tipo
Oraciones yuxtapuestas
- Juan va al cine, Margarita al teatro.
- Algunos lo entendieron; otros no lo hicieron.
- Nunca pregunta en clase, su hermana sí.
- Quédate en casa, hace frío en la calle.
- Es posible: han encontrado vida en otro planeta.
Oraciones coordinadas
- Quiere que le regale una bici y ahora su hermana quiere otra.
- Está decidiendo si va en tren o si va en coche.
- Sabe perfectamente la lección, pero el examen le salió mal.
- Tenía sueño, así que se fue a la cama.
- Hacía mucha corriente, de modo que cerró la puerta.
Oraciones subordinadas
- El chico del que te hablé es muy simpático.
- Los jugadores, cansados por el esfuerzo, se tumbaron en el césped.
- Encontró las llaves donde le había dicho su madre.
- Vete al médico aunque te encuentres bien.
- Las cortinas que me regalaste quedan muy bien en el salón.
Soy catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad en la que nací en 1968.
Hice el bachillerato de Ciencias; a los catorce años es difícil tener una orientación definida. En Preu me pregunté: “¿qué hago yo aquí, si a mí lo que me gusta es la literatura?”, y me pasé a Letras. En segundo de carrera la vocación se afirmó con la conciencia clara de que solo podía dedicarme a la investigación y a la docencia en Literatura. Pero mi preferencia estaba, no por la Contemporánea, sino por la literatura de los Siglos de Oro. Ya estaba iniciando la tesina sobre los cancioneros de Amberes de Jorge de Montemayor, cuando asistí al curso de José-Carlos Mainer sobre la “Edad de Plata”. Aquello removió mi fondo de lecturas juveniles, y pude verlas a una nueva luz. Cambié a Montemayor por Pérez de Ayala, y fui adentrándome en esa época fascinante: el “fin de siglo” y los treinta primeros años del XX.
No abandoné la literatura de los Siglos de Oro; en la docencia siempre me he dedicado a esta época con verdadera pasión. En los más de cuarenta años que llevo en las aulas, siempre he asumido la docencia de los siglos XVI y XVII, con preferencia, este último. No hay nada, en mi profesión, comparable a tratar con detenimiento sobre el Quijote. Para mis colegas soy un investigador en Contemporánea; para mis alumnos, un profesor de Renacimiento y, sobre todo, de Barroco.
Deja una respuesta